Decía un personaje de Los Simpson, al que recuerdo perfectamente pero no me da la gana nombrar, que las cosas irían de mal en peor hasta acabar solucionándose. Por su parte el Dr. Manhattan nos recordaba que nada acaba nunca. Es decir, siguiendo un sencillo silogismo aristotélico, podemos concluir que las cosas Irán (el país de Marjane Satrapi) de mal en peor para siempre. Yo por mi parte, que nunca he estado en Springfield, ni he perdido mi campo intrínseco ni creo en la filosofía más allá de la mera consideración de juego de la fantasía ociosa, no me voy a atrever a tanto: me conformo con constatar y compartir el hecho evidente de que de momento las cosas efectivamente van de mal en peor. Ya veremos si se solucionan o se eternizan por siempre jamás. El caso es que si antes tenía poco tiempo, pocas ganas y poca creatividad para postear, ahora no tengo ni conexión a internet. Lo cual, admitámoslo de una vez por siempre, me rebaja a la altura de los animales de la selva, de los salvajes de las tribus amazónicas o de los presidentes de los EE.UU. Verdaderamente lamentable. Y es una pena porque llevaba un buen ritmo este año: apenas en siete meses casi el mismo número de entradas que en todo 2007 (77 frente a 81). Para intentar paliar un poquino (que castúo suenan los diminutivos acabados en –ino/a) tan dramática coyuntura, tan cruel cruce de destinos, estoy probando la conexión inalámbrica telekinesica. Consiste en imprimirle la suficiente intensidad y vigor al pensamiento propio como para que pueda ser captado por la antena wifi de mi ordenador. Por ello me he pasado toda la tarde de ayer practicando el cierre categorial de don Gustavo Bueno, que aunque aun no me acaba de cerrar del todo -será por eso de que nada acaba nunca-, sin duda me ha tonificado las ideas. Lo único malo es que mi placa receptora capta mis disquisiciones con excesivas interferencias y las traduce como le viene en ganas. De hecho, esto que leéis ahora, una chorrada lo tomemos como lo tomemos, no tiene absolutamente nada que ver con el rigor y la profundidad de mis meditaciones metafísicas. En fin, seguiré perfeccionando la conexión.
Un router envuelto en papel de seda por Seur ... lo acabo de enviar ... jozú que mal te veo ...
ResponderEliminarPues sí, Hache, estoy en pleno proceso de descomposición anímica, moral y hasta física me atrevería a decir yo. Mi vida hace aguas por todos lados, lo cual, con las calores que hace por aquí, viene hasta bien. Pero nada preocupante, yo vivo en una crisis perpetua que constituye en sí mi vida.
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