viernes, 28 de agosto de 2009

Circulo virtuoso


Dicen los sabios, los que haya, no seáis indiscretos, que donde acaba el sufrimiento humano comienza el aburrimiento. Afirmación preclara de la que no sería abusivo concluir que quien sufre jamás puede aburrirse.


Hasta donde le alcanzaba la memoria la vida de Jorge Duarte había tenido siempre la forma de una crisis existencial continua. Ya desde bien pequeño andaba Jorge siempre sufriendo, y como siempre andaba sufriendo jamás llegó a conocer el hastío. Y como jamás supo qué era eso que los otros llaman aburrimiento, pronto se volvió autosuficiente y dejó de frecuentar la compañía de los demás. Simplemente no los necesitaba. Y como no los necesitaba, desde su más tierna infancia vivió en completa soledad; en una soledad de colores claros y mañanas apacibles que se le clavaban en el corazón como alfileres de hielo y le mantenían siempre sufriendo. Y como siempre andaba sufríendo, Jorge pasaba todo su tiempo enredado entre el algodón y la pena de una crisis continua que al cabo de los años terminó por confundir con su propia existencia.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias amiga, pero no caigas en la trampa de los que gustamos de hacernos las victimas para que los demás nos regalen abrazos que no merecemos. Vamos, que sólo era un relatillo sin otras pretensiones. Lo que pasa que como siempre uso el mismo personajes...

    Otro abrazo.

    ResponderEliminar