He escrito y reescrito mentalmente tanta veces esta reseña en los últimos días que ahora me da hasta pereza hacerlo físicamente. Así que no me quedará más remedio, si es que quiero hacer algo con el Bordados de la Satrapi, que volver al viejo truco de la mini-reseña comiquera. O lo que es lo mismo, al no tengo ganas de hacer nada pero quiero que mi blog se siga actualizando.
Bordados es un tebeo eminentemente oral donde las voces de ese grupo de mujeres que se reúnen a la hora de la siesta para intercambiar sus impresiones sobre todo lo humano y lo divino toman el protagonismo del relato muy por encima de las propias imágenes. Tanto que a uno le deja la sensación de estar allí mismo, oyendo la alegre algarabía de la cháchara y de paso empapándose asombrado de todos los secretos y chismorreos de la familia. Y es que no puedo negar que estas mujeres iraníes me recuerdan de alguna manera a los corros familiares de mi madre y mis tías. Claros que las conversaciones de las mujeres de mi familia suelen ser más recatadas. O al menos cuando yo estoy presente. De esta manera Satrapi nos ofrece su visión personal de las relaciones hombre-mujer, mujer-hombre dentro del ambiente machista en el que se crío, es decir de una familia de clase media-alta iraní de finales de los ochenta, un ambiente en el que la mujer sigue siendo dominio del hombre y cuyo principal patrimonio es su pureza, o sea, su virginidad. Por supuesto, a ojos de los hombres; ellas por su parte tratan de hacer equilibrismos entre esta concepción reduccionista y la búsqueda de su propia liberación. El resultado es un puñado de historias sencillas que dan una idea clara del sentimiento femenino frente a esta realidad adversa. Claro que como suele pasar en estos casos, los hombres no salimos especialmente bien parados. Pero para qué engañarnos; con eso ya contábamos.
Puntuación: 8
Puntuación: 8
Jajaja, la "cosa blanca"... en fin, más vale reír que llorar y en este cómic desde luego que uno bien puede reírse del mundo. ¡Buena reseña!
ResponderEliminarEs cierto, aunque la vida tiene estructura de drama shakesperiano -a veces incluso de tragedia griega- es mejor tomarsela como si fuera una comedia alleniana. Gracias por lo de la reseña, pero nada hubiera podido hacer yo si alguien no me regala el tebeo. Vaya su buena parte del merito, si alguno posee, para quien tuvo la deferencia conmigo.
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