Dios le muestra a Campbell el secreto de la existencia |
Toma
muestrario de composición de páginas; clásicas, innovadoras,
rupturistas, con texto, sin texto, con dibujo, sin dibujo... Algo parece
quedar claro de este tour de force: si vas a dar prioridad a las palabras sobre las imágenes, no
las mezcles, mantenlas separadas todo cuanto puedas. La página, y el
lector, te lo agradecerán.
El destino del artista... ¿el Ocho y medio
de Fellini en versión Eddie Campbell? No creo que resulte tan gratuíta
la comparación: exhibición impúdica de las miserias del artista, sus
incapacidades, sus incoherencias, sus enfermedades y amigos imaginarios,
sus caóticos intentos de ordenar la realidad, sus patéticas relaciones
familiares... Sin embargo, parecen decirnos ambos, tanto Fellini como
Campbell, ey, eso es precisamente lo que nos hace adorables, porque
hasta cuando mostramos nuestros delirios y estupideces estamos haciendo
arte...
Admito que suena horrible, pero viendo Ocho y medio y leyendo y ojeando El destino del artista,
no queda más remedio que aceptar que, cada uno a su manera, algo de eso
logran. Y además ambos con un sentido del humor rebosante...
A mí me convencen.
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