sábado, 31 de enero de 2009
El último mosquetero, de Jason
¿Y el resto qué...?
Mi película favorita: El buscavidas (Más Carlos Boyero)
Debut en VII
¿Y el resto qué...?
Inolvidable, de Alex Robinson
Puntuación: 7
¿Y el resto qué...?
jueves, 29 de enero de 2009
martes, 27 de enero de 2009
lunes, 26 de enero de 2009
Días de cine; de mucho mucho cine: Cine coreano
domingo, 25 de enero de 2009
Días de cine: Diez directores (Billy Wilder)
¿Y el resto qué...?
Las diez mejores películas de la historia del cine según Días de cine: Vértigo (Alfred Hitchcok)
¿Y el resto qué...?
sábado, 24 de enero de 2009
Mulholland Drive de David Lynch: no todas las rubias son iguales (aunque a veces sí)
Qué duda cabe que a todos nos gusta que nos sorprendan, que nos sacudan, que nos saquen de la monotonía, incluso que de vez en cuando, o de cuando en cuando, o de vez en vez, nos den gato por liebre. Para ello el director aspirante a tahur tiene principalmente dos alternativas a su disposición: idear un argumento ingenioso y sorprendente que consiga ir siempre un paso por delante del espectador (es el caso, por ejemplo, de La huella de Mankiewicz o El golpe de Hill) o envolver la anécdota en un envase revolucionario y seductor (como el Ciudadano Kane de Welles o el Pulp Fiction de Tarantino). En otros tiempos me entusiasmaba fundamentalmente lo segundo: me encantaba el juego de una trama hecha añicos que el espectador debe rehacer. Aun hoy me sigue gustando, pero con condiciones: esta es una forma de novedad que deja de sorprender pronto y de la que uno no tarda en desengañarse si la fragmentación del relato no viene justificada por el propio argumento, si no persigue realzar y potenciar determinados matices de la historia, si en vez de servir de caja de resonancia para el contenido amenaza con ahorgarlo, es decir, si lo único que oculta tras los artificios pirotécnicos es su propia trivialidad. Hoy por hoy la forma sin contenido, por más majestuosa que sea, ya no me llega. Y esto es lo que me pasa en gran medida con Mulholland drive: no veo claro que Lynch haya buscado la mejor forma de contar su historia; más bien todo lo contrario, se las ha ingeniado para des-contarla. En vez de mostrárnosla, nos la ha ocultado; en vez de servírnosla con su mejor cubertería, nos la ha escamoteado , nos ha arrojado una migajas y nos ha dicho, no seais ansiosos; esto es todo cuanto tendréis para llevaros a la boca. Y encima espera que le demos propina. Muy amable.
Diane y Camille son dos actrices que comparten algo más que oficio. O dicho en lenguaje poético, son amantes. Pero Camille se enamora –o no- del director de su última película y está dispuesta a dejar en la estacada a Diane. Cosa que Diane no se toma mal del todo: apenas contrata a un matón para que liquide a Camille. Pero una vez ejecutada su venganza Diane, que en el fondo es buena gente, no puede asumir las consecuencias de sus actos y en un delirio autoinducido –o tal vez el café lleve algo más que cafeína- reelabora en su mente los hechos intentando desesperadamente borrar todo lo sucedido. Así en la nueva versión Camille se salva de la muerte gracias a un oportuno accidente de tráfico. Eso sí, al precio de perder la memoria. Además Diane ya no se llama Diane, sino que en un ingenioso intercambio de personalidades con la camarera del Winkies ahora se llama Bettie y es una inocente y pueblerina atriz canadiense recién llegada a Hollywood en busca de su oportunidad. La nueva Bettie se alojará en la casa de su tía Ruth, que en la verdad verdadera está muerta, pero en la fantasía de Diane ha viajado a Canadá para rodar un film. El caso es que aprovechando la pérdida de memoria de Camille, ahora llamada Rita (en la alucinación Camille es otra actriz con muy buenos padrinos), las dos ex-amantes se dedicarán a emular a Phillip Marlowe o a Sam Spade y de paso a revivir momentos de dicha compartida, mientras la mente de Diane va mezclando todo un batiburrillo de referencias de la realidad, como por ejemplo la trama del director Adam Kesher. Que es, además, la parte más floja de la película; el señuelo que usa Lynch para confundir al espectador en el fondo aporta poquito a la historia central del film, es decir la relación entre Camille y Diane y la forma en que esta última reelabora a su gusto todo lo sucedido.
…Y después está la caja azul. Pero eso lo contaré otro día. Son ya demasiadas emociones para una sola jornada.
Madre mía, lo que me ha costado escribir esta birria de reseña. Eso sí, he conseguido concluírla sin una sola mención a las escenas lésbicas. Menos mal que a partir de ahora, cual vulgar Diane, comenzaré mi proceso de reescritura…
viernes, 23 de enero de 2009
jueves, 22 de enero de 2009
Made in Japan
miércoles, 21 de enero de 2009
Following, de Christopher Nolan
Curiosamente según la película se va adentrando en el meollo de la historia, según va perdiendo el tono intimista del principio para abandonarse a la intriga de genero negro su ritmo parece resentirse y extraviar en cierta medida su cuidado pulso narrativo. Pero tampoco en exceso; lo cierto es que el corto metraje de la cinta, apenas 70 minutos, no se lo permite. Con todo, lo mejor está en la sorprendente habilidad con la que Nolan es capaz de alterar la linealidad del relato, saltando en el tiempo a su antojo sin necesidad de una justificación y sin que por ello se resienta la claridad de lo expuesto o el resultado parezca arbitrario y artificioso. Una habilidad que sin duda compensa sobradamente cualquier defecto de su trama y que la convierte, en mi humilde opinión, en una de las películas más interesantes del director británico. Lo que no es decir poco.
¿Y el resto qué...?
Will Eisner en televisión
Os dejo una muy interesante y meritoria entrevista a nuestro apreciadísimo -ahora aun más apreciado gracias a Miller- Will Eisner. El interés reside por supuesto en las palabras del dibujante y el mérito, desgraciadamente, en la habilidad para leer los subtitulos. O en enterder inglés. O en interpretar las expresiones faciales y la comunicación no verbal con la suficiente soltura como para saber lo que dice. Eso es ya problema vuestro.
martes, 20 de enero de 2009
El decálogo del perfecto cuentista, según Horacio Quiroga
Cree en un maestro -Poe, Maupassant, Kipling, Chejov- como en Dios mismo.
II
Cree que su arte es una cima inaccesible. No sueñes en domarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo.
III
Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia.
IV
Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón.
V
No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas.
VI
Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: "Desde el río soplaba el viento frío", no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla. Una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de observar si son entre sí consonantes o asonantes.
VII
No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo.
VIII
Toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos no pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo sea.
IX
No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino.
X
No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida del cuento.
¿Y el resto qué...?
domingo, 18 de enero de 2009
The Spirit, versión 1984: la buena
jueves, 15 de enero de 2009
Pensamientos ocasionales
"...ahora bien, la película es tan mala que con el tiempo sólo puede acabar mejorando"
-Yo mismo, con unas cuantas copas de más, sobre el Spirit de Frank Miller -
Horizontes perdidos, de Frank Capra: ¡¡Ay, si Shangri-La no existiera!!
Un globo, dos globos, tres globos...
2009: Un globo, dos globos, tres globos
Pues eso, como en el chiste de Caperucita, joder cómo ha cambiado el cuento... ¿Y el resto qué...?
lunes, 12 de enero de 2009
“PROBABLEMENTE DIOS NO EXISTE. DEJA DE PREOCUPARTE Y DISFRUTA LA VIDA”,
Id benditos de dios, hermanos.
¿Y el resto qué...?
domingo, 11 de enero de 2009
DK2, de Frank Miller: mi (re) lectura
sábado, 10 de enero de 2009
¡¡¡¡¡Mendralejo, Mendralejo, Mendralejo!!!!!!
*Ninguna derrota en 14 partidos
*11 victorias y apenas 3 empates
*64 goles a favor por tan solo 19 en contra
Números que rubrican una temporada de ensueño y que se suman a la trayectoria impecable del equipo desde su fundación el 15 de marzo de 2007.
Ahora toca festejar hasta altas horas de la madrugada y mañana, o pasado mañana, cuando amaine la resaca, empezar a planificar una próxima temporada que se prevee casi tan dura como ilusionante. VII, haya vamos… (la que me van a dar).
(Pinchar imagen para ver íntegra)
¿Y el resto qué...?jueves, 8 de enero de 2009
Pensamientos ocasionales
miércoles, 7 de enero de 2009
En la hora amable
¿Y el resto qué...?
Sólo puede quedar uno: Gustavo Bueno VS Antonio Machado
¿Y el resto qué...?