¿Y el resto qué...?
lunes, 29 de diciembre de 2008
Fusilado en red
¿Y el resto qué...?
domingo, 28 de diciembre de 2008
The Spirit, de Frank Miller: el horror
Porque no otra cosa es este The Spirit: una continuación, una variación mal disimulada y mal resuelta del mundo estético de Sin City, en donde ese universo eisneriano de estampas humanas construidas sobre la base de pequeñas anécdotas y personajes anónimos, siempre cargadas de un fino humor y una profunda compasión, ha sido vilmente sustituido por la violencia gratuíta sin límites y sin sentido; la estupidez por la estupidez y el manierismo por el manierismo de la ciudad del pecado. Un trasvase de elementos nada respetuoso y aun menos afortunado que sin duda horrorizaría a Eisner tanto como a los que apreciamos esa colección de joyas de siete páginas que es The Spirit. El resultado final es que Miller lo ha millerizado todo, y con ello ha firmado una obra más cercana al estridente y ridículo Batman de Schumacher que al cómic del que se supone adaptación. Un autentico desastre para el noveno arte, el séptimo arte y el arte sin más. Eso sí, al menos os podéis resarcir del desaguisado disfrutando del impresionante elenco femenino, encabezado por el culo perfecto de Eva Mendes.
jueves, 18 de diciembre de 2008
El rey de las finanzas
La bancarrota más rápida del pc en el Monopoly:
1.- Ruddy J. Ferretti (9 minutos 43 segundos)
2.- Tom Duncan (10 minutos 33 segundos)
3.-Chris DeMichael (12 minutos 33 segundos)
¿Y el resto qué...?
¿Será esto posible?
Pensamientos ocasionales
Yo mismo en cualquier noche de insomnio
jueves, 11 de diciembre de 2008
La deshumanización del arte
Adoro a Ortega. Y lo adoro más que por la profundidad de sus ideas, por la amenidad y la claridad de su prosa. Es decir, por su estilo. Pero si quien realiza tal afirmación tan contraria a mi gusto es nada menos que don Antonio Machado, entonces a mi sólo me resta agachar la cabeza, asentir y decir: "Amén, hermano".
miércoles, 10 de diciembre de 2008
Krishnamurti y la muerte
martes, 9 de diciembre de 2008
Jiddu Krishnamurti
lunes, 8 de diciembre de 2008
Para que os vayáis haciendo la idea...
1.- Lo primero es aclarar que estamos hablando para el caso de que la web donde hemos encontrado el juego no nos ofrezca el código html. Si nos lo ofrece, pues nada, agradecemos el favor, lo colocamos en la entrada donde va a ir y santas pascuas. Pero pongámosno en lo peor y supongamos que no, que no nos dan el maldito código html. Entonces no nos quedará más remedio que generarlo nosotros mismos. Para ello nos bajaremos a nuestro PC (Partido Comunista, por supuesto) el juego convertido en el famosísimo y no menos problemático archivo de extensión .swf. En esta fase usaremos el programa Save Flash que se puede descargar aquí. Este programa, una vez instalado, se adosa en la esquina superior derecha de nuestro navegador y adquiere una llamativo color amarillo cuando detecta un archivo flash descargable. Así que simplemente volvemos a la página donde encontramos el juego, pinchamos sobre el logotipo amarillo de Save Flash, se nos abre una nueva ventana, marcamos el archivo encontrado y pinchamos en descargar. Y ya está, ya tenemos nuestro archivo .swf.
2.- Ahora viene lo más complicado, que es conseguir insertar ese archivo en Blogger. Para lograr tan extraordinaria proeza necesitamos subirlo (joder, bajando, subiendo… a ver si nos aclaramos…) en alguna página que nos lo quiera alojar. Y por supuesto, que sea gratis. El problema es que no todas –en verdad casi ninguna- las páginas de este tipo admiten archivos .swf. Pero que no panda el cúnico; después de probar las habidas y por haber puedo afirmar que la más sencilla, y la única que me ha funcionado es esta:
http://www.fhqhosting.com/.
3.- Pues nada, no le miréis más el diente al caballo, a ver si os va a pegar un bocado: alojamos aquí el archivo en cuestión y se nos generará una dirección web donde se guarda nuestro juego, él solito. Ya tenemos el ingrediente secreto para condimentar nuestra salsa html. Salsa que no es otra que esta y que yo por cuestiones lógicas –para que no me salga el juego otra vez- he transformado en una preciosa imagen y he adornado con algún que otro paréntesis inoportuno que vosotros, muy tunos, tendréis que eliminar después de leer:
Más Donkey Kong (jr ahora); más juegos flash
Joder, no os haceis una idea de las virguerías que he tenido que hacer para colgar este juego. En fin, ha merecido la pena.
Donkey Kong
Largo y tendido -de pie resulta bastante incomodo- me gustaría hablaros de este clásico entre los clásicos. Y del documental The King of Kong: A Fistful of Quarters. Y de Billy Mitchell. Y de Steve Wiebe. Y de Twin Galaxy. Y de un mundo que no por banal resulta menos fascinante. Pero para eso necesitaré tiempo. Y con las horas que son apenas me da para dejaros el juego y proponeros el reto de superar los 1.050.200 puntos del amigo Mitchell.
¿Y el resto qué...?jueves, 4 de diciembre de 2008
Gustavo Bueno: El mito de la derecha
jueves, 27 de noviembre de 2008
Teatro a las tres (Sobredosis de Beckett y Pinter)
-Necesito saberlo, señor Duarte.
- ¿El qué, señorita Urdiales?
-Los he visto… todos… cerrados. Hoy, en el archivo; reconocí de inmediato mi letra… todos… cerrados...
- Y bien, ¿cuál es el problema?
-No puedo seguir con esto… necesito saber para qué… por qué...
-¿Acaso ha dejado de recibir la contraprestación acordada?
-No, pero…
-Es un acuerdo muy generoso, señorita Urdiales.
-Sí, pero…
-¿Pero…?
-No puedo entenderlo, señor Duarte.(Se retuerce nerviosa las manos) Al principio pensé que era una especie de prueba de lealtad… ya sabe, hasta dónde estaba dispuesta a llegar si me lo ordenaba…
-Ajá…
-Después se me han pasado por la mente miles de teorías absurdas: que espera que le descubra algo de su vida que por sí mismo no es capaz de apreciar…
-Sí…
-Que teme que alguien le este vigilando… alguien más, se entiende…
-Ya.
-Que… que... no lo sé… no lo sé… no tiene … (la joven ahoga un grito desperado)
-¿Qué no tiene, señorita Urdiales?
-… ¡¡¡no tiene sentido!!!. (Al fin suelta el grito que se le había atorado en la garganta. Ahora está más relajada)
-Eso es, señorita Urdiales, nada tiene sentido.
-Pero… pero… no es cierto, sólo esto no lo tiene. No tiene sentido que me pague la fortuna que me está pagando para que le siga tres días a la semana si después ni se va a molestar en abrir los informes…
-Oh, no, no, evidentemente no lo ha entendido usted. Es todo lo contrario. Nada tiene sentido, sólo esto lo tiene.
-No… no puedo entenderlo…
-¿Lee usted, señorita Urdiales?
-¿Perdón...?
-Si lee usted, señorita Urdiales. O si le gusta ir al cine. Seguro que sí, a todo el mundo le gusta ir de vez en cuando al cine. Entonces en más de una ocasión se habrá emocionado viendo las andanzas de los personajes en la pantalla; alguna que otra vez habrá vertido una lágrima emocionada por la suerte del joven galán capaz de sacrificarse por su amada aun a sabiendas de que nadie, ni siquiera su amada, va a conocer que fue él quien la salvó…
-Pues sí, pero no veo qué…
-Oh, es fácil señorita Urdiales. Es un gesto hermoso, ¿verdad? Un gesto capaz de emocionar a cualquiera. Pero, ¿se ha preguntado alguna vez por qué es tan hermoso?
-No sé…tal vez... ¿por heroico?... ¿por romántico?... ¿por grandioso?... ¿por…?
-No, no,no. Sólo, y tan sólo, porque hay alguien observándolo. Usted... yo... los espectadores. ¿Se da cuenta?
-…
-Nada tiene sentido, señorita Urdiales, nada. Pero en los libros, en las películas, en cualquier obra de ficción todo parece tenerlo. En la ficción hasta los hechos más trágicos están imbuidos de un halo poético muy seductor. Incluso los sucesos más crueles, los más injustos, los más terribles… Porque nosotros estamos mirando y les otorgamos un sentido. Sólo por eso, señorita Urdiales…
-…
-No le quepa duda, si mi vida tiene ahora algún sentido es gracias a usted, a su mirada… los informes son sólo un tramite para asegurarme que sigue ahí, observando.
-…
-¿Lo entiende ahora?
-…
-…
-Está usted como una cabra, señor Duarte
miércoles, 26 de noviembre de 2008
Yo quiero escribir como Tennessee Williams (nos ha jodido, ¿y quién no?)
¿Y el resto qué...?
sábado, 22 de noviembre de 2008
E.M. Cioran: el secreto de la vida
¿Y el resto qué...?
La E.T. Tierrablanca I tiene blog
¿Y el resto qué...?
miércoles, 5 de noviembre de 2008
lunes, 3 de noviembre de 2008
Diez películas para un fin de semana
1.- Hijos de los hombres (Sábado 8:45) : Ciencia ficción de la buena; entretenida, oscura y en algunos momentos tremendamente poética. Además, un futuro muy coherente que perfectamente podría ser una evolución lógica y natural de nuestro presente.
2.- El club de la lucha (Sábado 10:45) : Curiosa parábola sobre esa enfermedad de nuestro tiempo que es la infelicidad en la opulencia. Una película extraña y sorprendente que consiguió que durante prácticamente tres cuartas partes de su metraje me pareciese una chorrada y en la última una obra sujerente y meritoria. Insisto, curiosa.
3.- Una historia verdadera (Sábado 14:00) : ¡Qué maravilla! ¡Cuánta belleza la de sus imágenes! ¡Y cuánta sabiduría la Alvin Straight, su protagonista! Richard Farnsworth amortiza todas y cada una de las arrugas de su rostro, un rostro que parece esculpido con el cincel de la experiencia bien aprovechada y que es todo un poema por sí solo. Igual que la película; pura poesía.
4.- El extranjero loco (Sábado 17:30) : Una grata sorpresa. Las pocas referencias que tenía de ella eran excelentes, pero vaya, no la esperaba tan buena. Un joven francés se integra en una comunidad de músicos gitanos en Rumanía con la excusa de buscar a la cantante que tanto gustaba a su padre muerto. El caso es allí descubrirá fascinado y de paso nos descubrirá fascinante la cultura y la filosofía vital de los zíngaros y se convertirá por un tiempo en uno más.
5.- Infiltrados (Sábado 22:00) : El último film de Scorsese es la adaptación de un thriller policiaco coreano -Infernal affaire-, que, sin estar mal, no llega a la altura de su modelo asiático. De todas forma, entretenimiento con cierta dignidad.
6.- Noche en la ciudad (Domingo 9:30) : Más cine negro, aunque ahora del clásico y de producción y ambientación britanicas. Richard Widmark es un buscavidas con casi tanta ambición como pájaros en la cabeza. Lo cual, está visto, acarrea inevitables problemas y a veces incluso la muerte. Mucho castigo en mi opinión, pero en fin, así todo es más divertido.
7.- Scaramouche (Domingo 12:00) : ¡¡Qué gozada estas viejas producciones hollywoodiense de capa y espada, qué maravilla disfrutar de la emoción de la aventura por la aventura, de esos personajes optimitas que se lo toman todo como un juego, siempre con la sonrisa en la cara!! Y qué delicia esos combates a espada minuciosamente coreografiados. En fin, pura diversión.
8.- Las zapatillas rojas (Domingo 15:30) : La verdad es que he disfrutado mucho con todas las pelis, pero vaya, si tuviera que quedarme con una sola de entre todas, esa sería sin lugar a dudas Las zapatillas rojas. La obra maestra del tándem Michael Powell y Emeric Pressburger es toda una declaración de amor a la creación artística, de pasión por la obra bien hecha, de fidelidad a la propia vocación. Pero es que además es desde un punto de vista estético una película verdaderamente deslumbrante. Y todo con una historia más que correcta y unas interpretaciones sobresalientes.
9.- El planeta salvaje (Domigo 18:00) : Digo yo, que entre tanto film no podía faltar uno de animación. Y vaya pedazo película de animación. El planeta salvaje es una experiencia visual sorprendente, un alarde de imaginación que encima no renuncia a emocionar con lo que cuenta. Una alegoría sobre el potencial humano y un inolvidable canto a la libertad.
10.- Hasta que llegó su hora (Domigo 20:00) : La única peli que ya había visto antes, la única de la que estaba convencido de que me gustaría sí o sí. Y sin embargo es la que menos he disfrutado. Posiblemente porque sus dos horas y media resultan excesivas para quien ya lleva nueve pelis del tirón a sus espaldas, pero es que además no le he acabado de ver toda la grandeza que le recordaba. Con todo, Leone sigue siendo mucho Leone.
En fin, que me ha cundido el tiempo. Voy a ver si me veo un par más, que tengo mono.
domingo, 2 de noviembre de 2008
Cuántos recuerdos...
Intérpretes: José Sacristan, Paco Tous, Carlos Santos
Duración: 12 min.
miércoles, 29 de octubre de 2008
Palabra de dios, palabra de Mario Vargas Llosa
Quemar después de leer, de los hermanos Coen
En fin, cine para pasar el ratito sin demasiadas pretensiones.
¿Y el resto qué...?
martes, 28 de octubre de 2008
Omar Khayyam
ni enunciarlo como hacen, perspicaces, los sabios.
Construye un paraíso con el vino y la copa
que no sabes si al otro llegarás algún día
¿Y el resto qué...?
Agente 007 contra el cine de autor
domingo, 26 de octubre de 2008
I can´t speaking english, maldita sea!!!
Algún día lo aprenderé, lo juro...
sábado, 25 de octubre de 2008
Pseudoreseña pseudopoética mínima, tirando a ínfima de Yo maté a Adolf Hitler, de Jason, con un enlace
Magnífico, magnífico el último tebeo de Jason. Podéis informaros aquí.
Puntuación: 9
jueves, 23 de octubre de 2008
Californication: Sexo, amor y literatura.
Como su propio nombre sugiere, Californication se ubica entre los soleados paisajes de California; como su propio nombre quiere que tengamos bien clarito, en Californication se fornica abundantemente y de todas las formas imaginables. Hank Moody (David “Mulder” Duchovny) es un escritor de éxito al que han abandonado las musas. Para compensar y porque en algo tiene que emplear su tiempo, Hank se dedica a tirarse todo lo que se mueve. Pero no, seamos más precisos: Hank no se tira todo lo que se mueve; sólo se tira a bellezones que bien pudieran ganarse la vida como modelos. Porque que yo recuerde, de todas las mujeres –y son muchas- que pasan por entre sus brazos y sus piernas, no hay ni una que se pueda considerar ya no digo feúcha, sino ni siquiera normalilla. El caso es que Hank, que además se gasta una mala leche verbal que ríete tú del Dr. House, no actúa así porque sea un salido-obseso-adicto al sexo, como por lo visto sí que lo es Duchovny en la vida real. No, el actúa así porque tras romper con Karen (Natascha McElhone), la mujer a la que ha querido durante más de diez años y con la que tiene una hija en común, se le ha quedado el corazón más roto que a Falete. Porque en verdad de lo que habla Californication no es de sexo sino de amor: durante sus doce capítulos disfrutaremos de los desesperados intentos de Hank por recuperar el cariño de Karen. Y mientras tanto, irán desfilando lolitas chantajistas, secretarias complacientes y parejas aburridas en busca de nuevas sensaciones, además de toda la corte de amantes de Hank.
Pero si en en algún lugar reside el verdadero atractivo de la serie es, sin lugar a dudas, en la arrolladora personalidad de su protagonista principal, el borrachuzo y talentoso sinvergüenza al que da vida Duchovny perfectamente, un papel que le va como anillo al dedo y que le permite un mayor lucimiento que con el insensible y asexuado Mulder. Y eso sin olvidar la inteligencia y la calidad de sus diálogos y situaciones, con constantes referencias a la literatura y al hecho de escribir. Vamos, todos los elementos que se le pueden pedir a una buena serie: sexo, amor y literatura. Tal vez el único pero que le pueda poner es que según avanza la trama la personalidad de Hank se va diluyendo en la historia de amor y se vuelve menos ácida y menos ingeniosa. De todas formas, una serie altamente recomendable. Y a ver para cuándo la segunda temporada.
lunes, 20 de octubre de 2008
Día extraño...
...el de este lunes, que sin ser todavía las seis de la tarde, ya he juntado más de cien visitas. Lo cual, dicho sea de paso, es muchísimo para mí. ¿A qué se deberá? ¿Qué hice bien ayer? Sigo meditando.
domingo, 19 de octubre de 2008
Más La belleza de pensar: Srila Paramadvaiti swami
¿Y el resto qué...?
sábado, 18 de octubre de 2008
La vida de los otros: oda a los hombres buenos
La vida de los otros, de Florian Henckel-Donnersmarck, cuenta la particular relación entablada entre el oficial de la Stasi (el servicio secreto de la extinta República Democrática Alemana) Gerd Wiesler, el escritor con tendencias disidentes Georg Dreyman, al que Wiesler vigila y la actriz Christa-Maria Sieland, que mantiene una complicada historia de amor con Dreyman. Wiesler es un fiel producto de la maquinaria totalitaria del comunismo, un hombre gris y sistemático que cree firmemente en los principios y métodos del régimen, incluida la tortura, técnica que el mismo enseña a los jóvenes cachorros de la Stasi. Por su parte, Dreyman, cansado de la falta de libertad que se respira en el país, y expoleado por el “suicidio” involuntario de uno de sus amigos, comienza a plantearse la conveniencia de llevar acabo actividades disidentes. En tanto, la actriz Sieland se encuentra atrapada entre su amor por Dreyman y el acoso y la depredación sexual al que la somente el ministro de cultura. En este escenario opresor, que recuerda del algún modo al de las narraciones de Kafka, Wiesler será encomendado para vigilar a la pareja en busca de algo que delate las actividades subversivas de Dreyman. Sin embargo, lo que debería ser un trabajo rutinario, se convertirá pronto en toda una experiencia reveladora para Wiesler: en su labor de escucha, el oficial de la Stasi se irá empapando de las ideas del escritor, que le irán calando poco a poco y haciéndole plantearse sus propios principios. Sin contar, claro, la decisiva atracción que ejerce sobre él la cautivadora bellaza de Sieland. De esta manera, la película pone magistralmente de manifiesto el omnipresente poder del estado totalitario en la vida de los individuos dentro de esa monstruiosidad que fue y desgraciadamente sigue siendo el comunismo. Sin embargo, frente a esta intromisión absoluta, aun queda un pequeño resquicio para la rebelión individual, encarnada en la toma de conciencia de Weisler y en su heroico y silencioso apoyo a Dreyman. Henckel-Donnersmarck construye así, con sus imágenes cargadas de sobriedad y las ajustadísimas interpretaciones de los actores, una oda a los hombre buenos, un canto a aquellos que se la jugaron exponiéndose a perderlo todo en pos de la defensa de lo que es justo. Un film sincero y emotivo que deja huella.
En fin, me ha quedado algo deslavazada y no demasiado profunda, pero vale, para lo desfondado que estoy, puede servir.
Roberto Bolaño: Otro escritor de pura cepa
Vargas Llosa nos recomienda un libro
La belleza de pensar: Roberto Bolaño
martes, 14 de octubre de 2008
Ay, qué duro es ligar
¿Seré machista si me hace gracia este video? Posiblemente sí, pero que le vamos a hacer, ya dije en otra ocasión que lo soy de forma incorregible. Llueve sobre mojado...
domingo, 12 de octubre de 2008
III Día del lector de La vida en viñetas
viernes, 10 de octubre de 2008
Vicky, Cristina, Barcelona en Días de cine
¿Quién es Jean Marie Gustave Le Clezio?
¿Y el resto qué...?
Sabiduría popular
-Yo mismo en cualquier noche de desesperación-
jueves, 9 de octubre de 2008
Poeta talentoso
James poseía un don muy especial: era capaz de escribir un poema con su propio semen mientras se corría. Y si bien es cierto que no eran poemas geniales, sí que hay que reconocer, en honor a la verdad, que al menos revelaban cierto talento. ¿Y el resto qué...?
martes, 7 de octubre de 2008
El escritor (7ª entrega): Al fin...
Tal vez para muchos lectores de estas notas no resulte nada fácil comprender lo que les voy a explicar ahora; seguramente tampoco lo sería para mí si fuera otro quien tratara de hacérmelo entender. Pero créanlo o no, con el tiempo la insatisfacción se fue adueñando de mi ánimo y la infelicidad acabó por instalarse en mi vida, como si se me hubiera ido filtrando, gota a gota y casi sin darme cuenta a través de la piel. Y eso a pesar de tenerlo todo a mi disposición, de no resistírseme nada y de bastarme con desear cualquier cosa para conseguirla al instante. Y cuando digo cualquier cosa me refiero realmente a cualquier cosa: durante aquel tiempo conocí el éxito en todos los órdenes de la vida; recibí el reconocimiento y la admiración de mis colegas, me codee con los personajes más destacados del momento, viví apasionados y torridos romances con las mujeres más hermosas e inteligentes de nuestra época; di la vuelta al mundo varias veces, comí en los mejores restaurantes del planeta y créanme que degusté cualquier manjar que puedan imaginar; gocé de cualquier perversión sexual que puedan soñar; viví cualquier experiencia que puedan anhelar. Y sin embargo cada vez me dominaba más la sensación de que en el fondo nada de todo aquello tenía que ver conmigo, de que mis logros me eran completamente ajenos y que seguiría cosechando el mismo éxito aunque empaquetara mis apuntes de la universidad y los entregara a la imprenta como si fuera mi última novela. Por supuesto, no me resistí a hacer la prueba.
A pesar de lo se han empeñado en defender los críticos de todo el planeta, "Álgebra de color añil" no es “la más profunda, radical y lograda ruptura de los límites narrativos de la novela”. No es tampoco ese "experimento lingüístico definitivo que hace saltar por los aires el edificio narrativo que la tradición occidental se ha empeñado en construir durante los últimos dos milenios y medio, al tiempo que nos enseña, como si acabáramos de nacer de nuevo al hecho literario, que lo inefable puede ser puesto por escrito con absoluta claridad y abrumadora brillantez” que han querido ver otros. No, no es nada de eso: "Algrebra de color añil" es tan solo una amalgama azarosa y sin sentido de más de cien páginas dedicadas a la resolución de integrales, infinitesimales, senos, cosenos y arcotangentes deficientemente anotadas unidas a otras tantas páginas de explicaciones sobre verbos frasales, guerras entre persas y griegos y definiciones de las variables del marketing dadas por alguien que no se ha enterado de nada. Una verdadera desfachatez. Sin embargo fue unánimemente recibida como la novela más importante de la historia de la literatura. Ante esto, como comprenderán, no me restaba más alternativa que hundirme en el desespero y la frustración. Cosa que lógicamente hice.
sábado, 4 de octubre de 2008
A fondo: Julio Cortazar
¿Y el resto qué...?
domingo, 28 de septiembre de 2008
Más cronopios y famas: El sueño del cronopio
Cronopio, cronopio, me dice el fama, que los cronopios no escriben lo saben hasta las esperanzas -esos microbios relucientes-, y yo asiento y repliego mi verde y húmeda objetividad, pero cuando me deja solo saco mi pluma y mi cuadernillo de notas y lo vuelvo a hacer.
Cronopio, cronopio, insiste el fama, pero es que no ves que si los cronopios escribierais, tregua catala espera, tampoco lo harías así: seríais cortazarianos y tú, en verdad, más bien te crees Faulkner. Y yo con mi verde y húmeda objetividad replegada, asintiendo a cuanto me dice. Pero después el fama baila tregua y baila catala delante del almacén y aprovecho el revuelo y apunto “ninguno nos extrañamos cuando Tomás Urdiales apareció proveniente de quién sabe dónde, con sus dos oscuras mulas, más oscuras que su alma, ni cuando, al mes de andar por la región, nos enteramos de que se había prometido con la hija menor de los Fernández-Daza”
Cronopio, cronopio, me reprocha el fama, ¿es que acaso no eres feliz con tus dos hilos -uno azul- apretados contra el pecho? Y yo sonrío y finjo esperar ansioso a que el fama me invite a subir a su automóvil o miro temeroso el aire, como si me preocupara la posibilidad de que aparezca una esperanza y por una palabra equivocada invada mi corazón bondadoso. Y mientras, me sueño –objeto verde y húmedo- vistiendo esmoquin, un 10 de diciembre en Estocolmo, estrechándole las manos al rey de Suecia.
De cuando quise enmendarle la plana a Cortázar (Más historias de Cronopios y famas): Ritos y costumbres
Que un fama se enamore de la mujer de otro fama es de por si un hecho tan insólito que sin duda merece figurar en los anales de la historia; que este consiga además robársela entra ya en los dominios de lo increíble. Sin embargo, cuando esto sucede, las casas se engalanan y lucen orgullosas sus dorados ornamentos sobre las balaustradas de los balcones; el pueblo celebra ahíto de júbilo y gozo un acontecimiento que desde que el mundo es mundo siempre ha anunciado parabienes sin número y ha llenado de viandas los almacenes y de lluvia los riachuelos.
sábado, 27 de septiembre de 2008
....Y 100
La broma asesina, de Alan Moore y Brian Bolland
Puntuación: 10
Cinefilia
-Tu madre hace pelis porno.
Por supuesto no le hice ni caso. En mi imaginario infantil mi madre representaba la encarnación indiscutible de la pureza absoluta. No había nada que discutir. Sin embargo el rumor me acompañó durante el resto del colegio y traspasó las fronteras del instituto. Allá donde fuera siempre oía a mi paso el murmullo sordo de cuchicheos y risillas.
-Mira, aquel… su madre… pobrecillo.
Claro que no era ciego a la belleza de mi madre ni dejaba de darme cuenta que sus pechos, sus caderas y su culo eran más generosos que el de cualquiera de las madres de mis amigos. Pero para mí eso solo demostraba su mayor pureza.
No podía entender como una falsedad tan evidente se había extendido durante tanto tiempo y a través de tanta gente. Así que decidí que ya era hora de descubrir la verdad. Por supuesto no iba a preguntárselo a ella: acudí a los servicios del “Torbe” González Cuando me pasó la cinta ni siquiera se atrevió a mirarme a los ojos.
La noche en que la puse mi madre estaba en uno de sus viajes de negocios. O eso creía yo. Reconozco que aunque antes había estado convencido de que era imposible, ahora apretaba el botón de inicio dominado por el miedo, temeroso de encontrarme con lo que no quería ver. Busqué su nombre entre los títulos de crédito, pero no pude hallar ninguno ni ligeramente parecido. La película tenía buena producción y se notaba que había contado con un presupuesto generoso. Dos hombre musculosos discutían por no sé qué en una de las cajas de una gran superficie comercial. La cajera, una chica morena de rasgos asiáticos, trataba de contenerlos en vano mientras a sus espaldas se iba formando una cola inmensa de clientes impacientes. Curiosamente todos eran hombres que parecían recién escapados de un concurso de Fitness. No había ni rastro de mi madre. Mientras tanto en la película empiezan a producirse empujones y protestas airadas entre los que aguardan su turno. La cajera asiática, desesperada, levanta el auricular y hace una llamada. Entonces aparece una especie de guarda de seguridad uniformada de cuero con una ostentosa gorra que le mantiene el rostro en la sombra. Los forcejeos cesan inmediatamente para contemplar el contoneo suave de sus caderas y el nervioso rebotar de sus pechos. Noté entre mis piernas el inicio de una erección. La vigilante jurado agarra por las solapas al primero de los hombres de la caja, lo tumba donde el lector de códigos de barras y le hace la mamada más espectacular que yo hubiera visto jamás. Hunde en su boca hasta el último centímetro del enorme miembro, mientras que con la mano derecha “atiende” al otro hombre. Toda la superficie comercial contiene el aliento asombrada. La mujer despacha con morosidad y lujuria uno a uno a todos los clientes Sus movimientos son instintivos, animales; es imposible que esté actuando, se le nota que disfruta, que quiere más. Me encontraba tan absorto que no me di cuenta de que me estaba masturbando; me estaba meneando la polla con tal frenesí que incluso empecé a hacerme daño. Por su parte, la mujer seguía enfrascada en su tarea mientras a su alrededor yacían decenas de cuerpos masculinos extenuados. En un momento de pasión alguien le quita la gorra y la cámara aprovecha para realizar un primerísimo plano de su rostro: el encendido rubor de sus mejilla y los ojos en blanco de mi madre me dejan al borde del derrame. La excitación era brutal. Tanta que casi ni me di cuenta cuando su suave mano se posó sobre la mía y, retirándola cariñosamente, tomó el control de mi pene. Había adelantado la fecha de regreso y acababa de llegar a casa para encontrase con esa escena deliciosa: su pequeño masturbándose salvajemente con una de sus películas. Me dejé hacer, rendido todo mi sistema nervioso a los vaivenes de sus hábiles caricias. Hicimos el amor ardientemente durante la hora y media que aun duró el film. Me sentía orgulloso de sus dotes y del hecho de poder disfrutarla yo solo mientras en la película decenas y decenas de hombres tenían que esperar impacientes su turno. Nunca más volví a poner en duda la pureza de mi madre.
viernes, 26 de septiembre de 2008
Las 10 mejores películas de la Historia del cine, según Días de cine: Ordet (C.T. Dreyer)
¿Y el resto qué...?
martes, 23 de septiembre de 2008
Sobre el destino y el amor verdadero
Buena suerte, amiga. ¿Y el resto qué...?