jueves, 28 de agosto de 2008

Estafados, de Alex Robinson

Después de una lectura tan satisfactoria como el Malas ventas de Alex Robinson no es fácil regresar de nuevo al mismo autor. Por una parte uno espera encontrar otra vez los mismos ingredientes que tanto le agradaron. Pero por otra quisiera también leer algo diferente, algo que justifique el hecho de que uno no emplee esas mismas horas en releer lo que ya conoce. Estas parecen ser las cuentas que se hizo Robinson al elaborar Estafados: al igual que Malas ventas, Estafados se vertebra en la forma de relato coral en el que las vidas de seis personajes van discurriendo en círculos concéntricos. Esta es sin duda la parte más notable del tebeo: Robinson es un maestro del relato costumbrista, de la composición de caracteres creíbles, de la invención de anécdotas sencillas –y no tan sencillas- que transmiten perfectamente el trancurrir de la vida tal cual es. Es decir las mismas cualidades que dejan tan buen sabor de boca en Malas ventas. Sin embargo en Estafados los círculos concéntricos confluyen en una espiral que conducirá a todos sus personajes a un final dramático que a mí personalmente no me acaba de convencer. Aunque toda la obra apunta honradamente hacia ese final, lo cierto es que deja la impresión de no aportar nada a lo ya narrado; de que su única función es la de otorgarle una unidad narrativa que la aleje y diferencie de la estructura abierta de Malas ventas. Es decir, la de ofrecer algo “distinto” que justifique el hecho de encontrarnos ante una obra nueva. Pero ¿acaso era esto necesario? Después de todo, si lo que se le da bien a Robinson es construir historias abiertas que vayan evolucionando sobre la marcha y sin ningún plan previamente trazado, pues nada hay de malo en ello.

En fin, otra obra muy recomendable, aunque no tan redonda como Malas ventas. Y eso que lo pretende.

Puntuación: 7
¿Y el resto qué...?

miércoles, 27 de agosto de 2008

Estuve muerto: vida tras la vida

Por razones y circunstancias que sería muy complicado detallar ahora -y que no viene al caso contar aquí- hace un tiempo, poco aun, que ando interesado en la investigación de la vida tras la vida. Y aunque no he variado mi natural escepticismo al respecto, consecuencia lógica de mi ateísmo materialista y militante, lo cierto es que reconozco que se trata de un tema apasionante digno de mayor y mejor atención del que generalmente recibe. La posibilidad de sobrevivir más allá de la muerte física, el acceso a una forma de vida distinta a la que hasta ahora conocemos o la comunicación con quienes ya experimentaron dicho tránsito son cuestiones que subyacen en lo más hondo de la conciencia humana, configuran nuestras ilusiones y esperanzas con respecto al hecho mismo de vivir y que de algún modo afectan a la manera en la que nos relacionamos con la realidad. Sólo por ello, sólo por las implicaciones que la creencia o la incredulidad en las mismas provoca en nuestras vidas, incluso al margen de que existan o no, ya estaría más que justificada una investigación seria y rigurosa que arroje luz sobre estos fenómenos y que, además de recoger testimonios y aportar interpretaciones y significados, se atreva a tomar de una vez por todas el toro por los cuernos y trate de determinar de forma fiable y comprobable la auténtica naturaleza de los mismos, es decir, si suceden realmente o si se corresponden únicamente con el campo de las creencias colectivas, las leyendas folclóricas o las experiencias psicológicas.

Como de momento parece que aún está lejos el día que se alcance un consenso más o menos fiable al respecto, tendremos que seguir moviéndonos en este océano de opiniones contrapuestas basadas más en la fe personal que en el conocimiento.

Para aportar mi granito de arena, dejo este video del programa que sobre dicha cuestión dedicó en su momento Documentos TV. Que lo disfrutéis.

¿Y el resto qué...?

viernes, 22 de agosto de 2008

Entre el cielo y la tierra...

... existen más cosas de las que tu filosofía puede imaginar, que diría el otro. Ay, si todo fuera así de sencillo, me convertía de inmediato al cristianismo.

¿Y el resto qué...?

martes, 19 de agosto de 2008

Más momentos músicales inolvidables: No me riñas (Requiebros)

(Aunque lo merezco)



ESTRIBILLO:
No me riñas (bis)
que pueden enterarse
nuestras cuatro niñas
(bis)
No avasalles (bis)
que cojo el caminito
y tiro pa la calle
Tú no eres güena mujer
tú no eres güena
tú no me sabes querer
ni te da pena
¿qué hago yo contigo
pa que riñas tanto?
tú eres mi castigo
tú eres mi quebranto

ESTRIBILLO:
Tú no me quieres, mujer
tú no me quieres
tú no me sabes querer
porque tú eres
lengua que se crece
puesta en la ventana
desde que anochece
hasta la mañana

ESTRIBILLO:
Tú vas a darme a lugar
a una ruína
sé que voy a acabar
por las esquinas
y estas cuatro niñas
de mi matrimonio
me dicen llorando
que eres un demonio

ESTRIBILLO:
(hasta el final)

¿Y el resto qué...?

lunes, 18 de agosto de 2008

Suspense, de Jack Clayton: ¿Inocentes o culpables?


Las cartas bocarriba: no he leído Otra vuelta de tuerca, la novela de Henry James de la que Suspense es adaptación, es decir no puedo opinar sobre el referente más directo de la película de Jack Clayton. Pero si aceptamos que las adaptaciones son, al menos las logradas, obras autónomas cuyo valor e interpretación es independiente de las fuentes originales, mi opinión será tan válida como la de cualquier otro y no desmerecerá en nada por ello. Cruzo los dedos para que así sea la cosa. El caso es que como aquella, como la novela de James, Suspense es una historia de fantasmas y aparecidos (el que no la haya leído no significa que no sepa de qué va) donde se quiebra con frecuencia la delgada línea que separa la realidad de la alucinación, en donde hechos e interpretaciones se amalgaman para formar un todo inextricable. Clayton juega magistralmente la baza de la ambiguedad, obligando al espectador a involucrarse en la construcción de la historia, forzándolo a tomar partido y decidir por sí mismo qué es lo que verdaderamente ha sucedido en el film. En este sentido cabe reseñar que la habilidad del inglés en la dosificación de la información, que llega siempre a cuentagotas y en el momento adecuado al espectador, alcanza tal nivel que por momentos es digna del mejor Hitchcok. Lo cual son ya palabra mayores. Pero sí, digámoslo así, sin miedo: efectivamente Suspense es una obra mayor que merece este alago. Aunque no todo el mérito es de la cámara de Clayton: tanto el ajustadísimo guión de Capote y Archibald, como las soberbias interpretaciones de Deborrah Kerr o los niños Pamela Franklin y Martin Stephens aportan su decisivo granito de arena en el manejo de las impresiones y expectativas del espectador.

Una atentica gozada, y más aun si tenemos en cuenta su escasa popularidad en comparación con sus enormes méritos.
¿Y el resto qué...?

viernes, 1 de agosto de 2008

Utopías (Mario Benedetti)

Para rebajar un poco el fuerte sabor de mi serie de poemas " A un dios...", sin duda no apto para estomagos delicados, os dejo este dulce poema del uruguayo Benedetti. Que lo disfruteis.

UTOPÍAS

Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedo sin utop
ías

cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza

cómo voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea

cómo voy a creer
que el horizonte es la frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada

cómo voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo / mengana
no es algo más que lo que palpo
o que tu amor

ese remoto amor que me destinas
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos

cómo voy a creer / mengana austral
que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetro

cómo voy a creer / dijo el fulano
que la utopía ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos/ sos mi utopía.

¿Y el resto qué...?

A un dios ausente (Poema tétrico por soleares)

Volubilidad de tus latidos
inconstancias de tus dones
¿En cuantos pedacitos
Te merendarás mis ilusiones?

¿Y el resto qué...?