lunes, 19 de febrero de 2007

Para que yo me llame Ángel González

Desgraciadamente, sobre todo para mí, no soy un buen lector de poesía: por lo general me cuesta mucho entenderla. Pero de vez en cuando encuentro algunos versos, como estos de Ángel González, que son capaces de removerme por dentro. Así que, para gozo de todos, aquí os los dejo. Y aquí teneis un enlace por si quereis oirlos en la voz del propio poeta.



Para que yo me llame Ángel González

Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo el mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan sólo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento...



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