A nosotros nos parece lo más natural del mundo, pero no en todos los países tienen por costumbre regalar la lengua propia a los films venidos de fuera. En la vecina Portugal, por ejemplo, todas las películas se pasan siempre , ya sea en salas comerciales o en televisión, en su versión original -subtitulada, of course-, sin que nadie se rasgue las vestiduras por ello . Algo que en España, donde cualquier forma de lectura parece estar proscrita, no vaya a ser que se nos fundan los plomos del sobreesfuerzo neuronal, resulta inimaginable. O si no recuerdese las patéticas protestas de algunos espectadores de La pasión de Cristo de Mel Gibson. La consecuencia es que la mayoría de la gente no tiene ni idea de cómo son realmente los originales, de cuán buenas o malas son las interpretaciones de los actores, etc.
Para darse cuenta de qué forma el doblaje adultera al original basta con comparar una versión y otra. O mejor aún, comparar el doblaje al que estamos acostumbrados con uno ajeno, con el de, por ejemplo, algún país hispanoamericano.
Hagamos la prueba con una genial escena extraída de la no menos genial Pulp Fiction:
Como la vimos aquí
Como se rodó
Como la vieron acá (México)
En fin, creo que los hechos hablan por si solos.
Para darse cuenta de qué forma el doblaje adultera al original basta con comparar una versión y otra. O mejor aún, comparar el doblaje al que estamos acostumbrados con uno ajeno, con el de, por ejemplo, algún país hispanoamericano.
Hagamos la prueba con una genial escena extraída de la no menos genial Pulp Fiction:
Como la vimos aquí
Como se rodó
Como la vieron acá (México)
En fin, creo que los hechos hablan por si solos.
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