viernes, 18 de marzo de 2011

Abraza la oscuridad, de Charles Bukowski (R.C.)

Umbral lo despachó sin contemplaciones juzgándolo apenas un Henry Miller sin talento; Bolaño le hizo justicia recomendándonos por activa y por pasiva que jamás leyéramos a Umbral. Y entre medias, entre una estupidez y otra, impasible en su ebriedad, Hank, el salvaje, el sátiro, el poseso, el poeta furibundo que se bebió la vida a tragos y en botella de cuello largo; que escupió a la cara de la sociedad de su tiempo y le dio por culo cuanto consienten en que le den por culo a esa ramera de vagina estrecha.

Vaya con esta entrada mi pequeño homenaje al alter ego de Chinasky, a ese sabio desquiciado que nos vomitó en novelas y poemas violentos como actos vandálicos toda la furia, el odio y la frustración del hombre derruido por la sordidez y la mediocridad del sueño americano. Y ya de paso, aprovechamos para tocarle las narices al snob de Umbral...

Abraza la oscuridad

La confusión es el dios
la locura es el dios
la paz permanente de la vida
es la paz permanente de la muerte.
La agonía puede matar
o puede sustentar la vida
pero la paz es siempre horrible
la paz es la peor cosa
caminando
hablando
sonriendo
pareciendo ser.
No olvides las aceras,
las putas,
la traición,
el gusano en la manzana,
los bares, las cárceles
los suicidios de los amantes.
Aquí en Estados Unidos
hemos asesinado a un presidente y a su hermano,
otro presidente ha tenido que dejar el cargo.
La gente que cree en la política
es como la gente que cree en dios:
sorben aire con pajitas
torcidas
no hay dios
no hay política
no hay paz
no hay amor
no hay control
no hay planes


2 comentarios:

  1. Pues yo toy de acuerdo, sobre todo en lo de que “no hay panes”...

    (Me alegro de que vuelvas a publicar por aquí)

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