martes, 11 de marzo de 2008

Gandhi, de Richard Attenborough

En esta época de desprestigio para las ideologías pacifistas, en esta hora de olvido de las tesis armonistas de Kant –y las alianzas de civilizaciones zapateristas- relegadas por el triunfo de la confrontación y de la lucha de todos contra todos de Hobbes –y Bush y nuestros émulos patrios y sus némesis necesarias- no está de menos reivindicar la figura escuálida y legendaria del hombre que con su filosofía de la no violencia se convirtió en referente moral ineludible del siglo pasado. Es cierto que Gandhi no fue exactamente esa especie de santo inasequible a las pasiones humanas que nos muestra la hagiografía de Attenborough; es verdad que como cualquiera tuvo sus luces y sus sombras, sus debilidades y su incoherencias, algo que por lo visto pesó bastante para que jamás le fuera otorgado el Nobel de la paz, pero no por ello se podrá dejar de reconocer que con todo fue un personaje realmente excepcional dentro del contexto de colonialismos brutales, guerras mundiales sanguinarias y campos de exterminios y Gulags inhumanos que imperaron en su tiempo. En este sentido, la película resalta esta faceta épica, casí sobrehumana, del personaje, mostrando siempre su incorruptible compromiso con la reivindicación no violenta de los derechos de su pueblo y elevándolo a la categoría de apóstol de esa misma desobediencia civil que promulgara en sus escritos el bueno de Thoreau, siempre dispuesto a morir por sus ideas, pero jamás a matar por ellas. Y la verdad es que a pesar de no alcanzar los niveles de excelencias de un Lawrence de Arabia, su referente más claro y directo, lo cierto es que el resultado es cuanto menos emocionante y muy ameno, siendo, acaso, su principal inconveniente el hecho de que en el afán por abarcar demasiado a veces la narración se vuelva excesivamente fragmentaria y deshilvanada. En todo caso, una muy digna película cuyas enseñanzas bien merecen ser recuperadas. Y todo esto sin mencionar la impresionante caracterización de Ben Kingsley.

Pues nada, que hoy, como siempre, no tengo demasiadas ganas de escribir.

4 comentarios:

  1. Mientras leía eso que escribes cuando no tienes ganas, pensaba ... no dirá nada de la interpretación de Ben Kingsley ??? Claro, al final estaba.

    Si hablamos de pelis, hablamos de pelis (eso lo dice también me hijo) ... y es increible.

    Gracias por recordarla.

    Almohadones de algodón de azúcar.

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  2. Bueno, en verdad no tengo muy claro de qué he hablado: si de la peli, si del personaje, si de mis preferencias, o si simplemente he rellenado espacio por rellenar.

    Un limonada de fresa

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  3. sea cual sea tu razón, lo has abarcado todo.
    Bien.

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  4. Gracias ika por tu generosidad, aunque mi sensación es la contraria: que más bien no he abarcado nada.

    Un día luminoso.

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