Creo que se podría escribir una larga y muy profunda parrafada desmenuzando todas las implicaciones sociológicas del fenómeno, pero como no tengo ni ganas ni fuerzas, lo mejor que se me ocurre para que os hagaís una idea precisa de lo que me evoca la canción es, si me permitís la grosería y la vulgaridad, contaros el viejo chiste de Caperucita roja y el lobo. Dice algo así:
El lobo: Caperucita, Caperucita, ¿adónde vas con tu cestita?
Caperucita: A lavarme el coño en el río, ¿algún problema?
El lobo (a cuadros): ¡¡¡Joder, cómo ha cambiado el cuento!!!
Eso sí, admitamos que en este caso al menos el cambio es para bien.
El lobo: Caperucita, Caperucita, ¿adónde vas con tu cestita?
Caperucita: A lavarme el coño en el río, ¿algún problema?
El lobo (a cuadros): ¡¡¡Joder, cómo ha cambiado el cuento!!!
Eso sí, admitamos que en este caso al menos el cambio es para bien.
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