Pues sí, otra vez a vueltas con el mito de Superman. Aunque hay que decir en su descargo que Es un pájaro… no es realmente un cómic sobre el hombre de acero, sino más bien la crónica sincera de una batalla personal, la un ser humano, demasiado humano, enfrentado con sus más profundos temores.
Steven, el humano demasiado humano, guionista y personaje, vive acosado por el recuerdo de su abuela paterna, víctima de la enfermedad de Huntington, y por el miedo a heredar un mal capaz de convertir a una persona en un simple cascarón vacío. Un miedo y unos recuerdos que se le empezarán a desbocar cuando le propongan hacerse cargo de los guiones de Superman, al que Steven asocia íntimamente con la muerte de su abuela, pues se da la casualidad de que mientras ella moría, él, apenas un crío de cinco años, leía una de sus historietas en la sala de espera. Y un miedo que se transformará en pánico coincidiendo con la desaparición de su padre, posiblemente a causa de la misma enfermedad, lo que definitivamente deja su vida patas arriba.
Y con todo, a pesar de las duras circunstancias, o tal vez precisamente por ellas, Steven se verá incapaz de compartir con nadie sus pesares, lo que le irá corroyendo poco a poco desde dentro y resquebrajando sus relaciones personales –su novia lo acaba abandonando temporalmente- y profesionales. Porque además Steven se siente bloqueado ante la obligación de encarar los guiones de un personaje que en nada le resulta agradable y que tan malos recuerdos le trae a la cabeza. En esta tesitura, puesto al borde del precipio y con la urgencia de encontrar ideas viables para su Superman, Steven comenzará un recorrido pormenorizado a traves de los diversos aspecto que identifican al mito del superhéroe por excelencia y que de paso le serviran para ir reconociendo y poniendo en claro sus propios temores. Temas que encuentran reflejo en pequeñas historias dibujadas cada una con un estilo propio -excelente el trabajo de Teddy Kristiansen- y que hablan más, a pesar de las apariencias, del hombre de carne y hueso que del superheroe de la ficción. Y es que finalmente el personaje sólo podrá salir del atolladero cuando encuentre el valor suficiente para encararse con sus fantasmas.
En definitiva, Es un pájaro... es el resultado y la materialización de ese paso adelante, de ese exorcismo personal que permite al personaje regresar indemne de su crisis. Y es al tiempo también el diario de su propia gestación, poniendo de relieve los siempre sugestivos vaivenes del proceso creativo. En fin, una historia, en resumidas cuentas, sincera y alejada de los fastos y relumbrones de la acción, que sin embargo a mí se me hace un poco fría y que me recuerda, no sé por qué –últimamente estoy pletórico con las comparaciones- al Píldoras azules de Peeters.
Puntuación: 8
Steven, el humano demasiado humano, guionista y personaje, vive acosado por el recuerdo de su abuela paterna, víctima de la enfermedad de Huntington, y por el miedo a heredar un mal capaz de convertir a una persona en un simple cascarón vacío. Un miedo y unos recuerdos que se le empezarán a desbocar cuando le propongan hacerse cargo de los guiones de Superman, al que Steven asocia íntimamente con la muerte de su abuela, pues se da la casualidad de que mientras ella moría, él, apenas un crío de cinco años, leía una de sus historietas en la sala de espera. Y un miedo que se transformará en pánico coincidiendo con la desaparición de su padre, posiblemente a causa de la misma enfermedad, lo que definitivamente deja su vida patas arriba.
Y con todo, a pesar de las duras circunstancias, o tal vez precisamente por ellas, Steven se verá incapaz de compartir con nadie sus pesares, lo que le irá corroyendo poco a poco desde dentro y resquebrajando sus relaciones personales –su novia lo acaba abandonando temporalmente- y profesionales. Porque además Steven se siente bloqueado ante la obligación de encarar los guiones de un personaje que en nada le resulta agradable y que tan malos recuerdos le trae a la cabeza. En esta tesitura, puesto al borde del precipio y con la urgencia de encontrar ideas viables para su Superman, Steven comenzará un recorrido pormenorizado a traves de los diversos aspecto que identifican al mito del superhéroe por excelencia y que de paso le serviran para ir reconociendo y poniendo en claro sus propios temores. Temas que encuentran reflejo en pequeñas historias dibujadas cada una con un estilo propio -excelente el trabajo de Teddy Kristiansen- y que hablan más, a pesar de las apariencias, del hombre de carne y hueso que del superheroe de la ficción. Y es que finalmente el personaje sólo podrá salir del atolladero cuando encuentre el valor suficiente para encararse con sus fantasmas.
En definitiva, Es un pájaro... es el resultado y la materialización de ese paso adelante, de ese exorcismo personal que permite al personaje regresar indemne de su crisis. Y es al tiempo también el diario de su propia gestación, poniendo de relieve los siempre sugestivos vaivenes del proceso creativo. En fin, una historia, en resumidas cuentas, sincera y alejada de los fastos y relumbrones de la acción, que sin embargo a mí se me hace un poco fría y que me recuerda, no sé por qué –últimamente estoy pletórico con las comparaciones- al Píldoras azules de Peeters.
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