lunes, 14 de diciembre de 2009

Preguntas ocasionales

Supongo que como últimamente no escribo demasiado por aquí todos os estareis preguntando en que empleo mi tiempo. Pues bien, en atención a vuestras preocupaciones os diré que llevo un tiempo enfrascado en la revisitación, por su puesto en versión original con subtitulos, de mis películas favoritas. Ante mis pupilas han desfilado ya films de la talla de El buscavidas, Anatomía de un asesinato, Irma la dulce, 2001, Odisea espacial, El hombre elefante, El hombre que pudo reinar, El tercer hombre, El hombre tranquilo, El hombre del brazo de oro, Luna nueva... El caso es que la semana pasada me he juntado por azar con la trilogía del Padrino, con Tarde de perros y con Sérpico. O sea, sobredosis de Pacino. Y claro, la pregunta era inevitable:

¿Por qué grita tanto Pacino?

A) Por exigencias del guión

B) Porque le irrita la interpretación de sus compañeros de reparto

C) Porque no tiene otro registro interpretativo

D) Para que le oigan bien los espectadores de la fila del fondo

Son las hipótesis de trabajo que vengo manejando y que esta semana trataré de contrastar con Pánico en Needle Park, Looking for Richard, El precio del poder y Atrapado por su pasado. Ya os contaré a que conclusiones llego. Si es que llego a alguna; la cuestión es profunda y compleja y posiblemente termine por desbordar mis reducidas capacidades analíticas.


("No te pases ni un pelo, Fredo, no te pases ni un pelo...")

2 comentarios:

  1. Buah, El hombre elefante... la primera de las veinte veces que la he visto tenía yo 6 o 7 añitos...

    Un arbol de navidad sin bolas.... decorativas me refiero.

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  2. "Usted no es el hombre elefante. Usted es Romeo".

    Pocas veces me parecen. Yo me he propuesto verla esas 20 veces el próximo fin de semana. Hasta que se me quede la cara como al pobre John Merrick.

    Un villancico alegre (¡¡¡toma alarde de imaginación!!!)

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