viernes, 12 de enero de 2007

El miedo del portero al penalty, de Peter Handke

Reconozco que hubo una época en la que me hubiera gustado ser capaz de escribir un libro como este, un libro en el que los acontecimientos sucediesen sin razón ni justificación aparente; en el que, pasase lo que pasase, nunca se demostrara el más mínimo interés o sorpresa. Como suele suceder en la vida real. Un libro en el que además la gente hablase sin entenderse jamás, pues en verdad poco o nada habría que entender en todo cuanto dijeran; chácharas y balbuceos al fin y al cabo siempre carente de cualquier significado. Como ocurre con las conversaciones de verdad.
Sin embargo, una cosa es pretender escribir algo así y otra muy distinta es tragársela como lector.
Peter Handke juega en El miedo de portero al penalty a ser Kafka, pero un Kafka radicalizado que no permite al lector ni la más vaga ilusión de un argumento, de un hilo conductor que de cierto sentido a la enumeración de sucesos. El objetivo, que hay que reconocer logrado, es mostrar el escandaloso sin sentido de la vida en toda su crudeza. Y de paso aburrir sin concesiones a quien se aventure a leerlo. Un libro que es la némesis perfecta de El libro negro de Pamuk; mientras aquel ve significados en todas las cosas, este no ve más que vacío y sólo vacío. Por suerte, y es lo que lo hace viable, Peter Handke no abusa de la formula y lo concluye en poco más de 150 páginas. Además, aun cuando no quiera en ningún momento esconder la insustancialidad de los hechos, sabe narrarlos con el suficiente oficio como para atenuar la pesadez del tedio.

En definitiva, un libro de profundas implicaciones existenciales que sin embargo solo es recomendable para valientes –o para temerarios, más bien.


3 comentarios:

  1. Acabo de descubrir tu blog y me encantó! Así es que lo visitaré seguido... Saludos.

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  2. Vaya, muchas gracias, eso es siempre un estimulo, por más que yo trate de hacerme el duro y convencer a alguien de que me da igual.

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  3. Hola jorge,

    no puedo estar más de acuerdo contigo. Acabo de leerlo y me ha parecido una experimentación sin mayor sentido, un borrador de algo que podría haber sido interesante con dos o tres años más de trabajo.

    Te pongo un link en mi blog.

    Hasta la próxima.

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