Ya dije en otra ocasión que si hago cuentas no puedo negar que me gustan las novelas gráficas de Eisner. Por algo será que me he tragado casi todas las suyas. Sin embargo hay algo que sigue sin ir bien; algo falla en su ritmo, en la caracterización de los personajes, en la forma de tratar las situaciones… No sabría señalar exactamente dónde se encuentra el defecto, seguramente porque no es cuestión de un único problema, pero lo que si tengo claro es que no me agrada que un tebeo como Vida en otro planeta, que trata temas nada simples como lo inagotable del egoísmo humano o la necesidad de cooperar entre todos para resolver problemas que nos son comunes, deje un tan marcado regusto a manierismo, a infantilismo, a teatralidad, a artificiosidad… A falso, en resumidas cuentas. Por más que pueda comprender las intenciones de Eisner y por más que me parezcan correctas, soy incapaz de creerme en ningún momento lo que me cuenta. No me creo la verdad de su trama de espías internacionales o sus veleidades cienciaficcioneras o su fondo de corrupciones políticas y empresariales; no me creo las ambiciones de sus personajes, ni sus amores, ni sus lealtades ni sus traiciones. Pero es que además tampoco soy capaz de sentirme cómodo con la particular forma de narrar de Eisner, con esa especie de apresuramiento que casi no deja ver al lector lo que se le relata. En fin, no voy a negar la maestría narrativa del neoyorquino, ahí está su Spìrit para acallar cualquier duda al respecto, pero sí diré que creo que en sus novelas gráficas desarrolló una concepción narrativa, la misma que explicó en sus dos ensayos, que a mí se me antoja cuanto menos errónea. Algo de lo que se resiente bastante Vida en otro planeta.
Puntuación: 6
Me permito dejar un enlace a mi blog en donde hago una reseña de la misma obra desde otro punto de vista. Con permiso.
ResponderEliminarEl Pequeño Misántropo en el País de los Sueños
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