domingo, 10 de febrero de 2008

Otro año más

Pues sí, y a lo tonto a lo tonto ya van dos. Claro, que escribiendo en este período de tiempo lo mismo que otros escribirían en un solo mes… Así cualquiera. Así yo. Pero bueno, eso no es lo fundamental; lo importante es que aquí sigo atrincherado en primera línea de batalla, dando guerra y pasándomelo bien, que no es otro el objetivo de este modesto blog. Y si además de paso alguien me lee, se lo pasa bien también y hasta deja sus impresiones, pues mejor que mejor.

En fin, si esto fuera una teleserie ahora tocaría ir intercalando esas imagenes significativas que sirviesen de resumen a lo sucedido aquí en los últimos trescientos sesenta y cinco días, como por ejemplo mi descubrimiento tardío e interesado –e interesante- del uso del video, mi iniciación en el mundo de la ilustración gráfica, o infográfica, como se prefiera, mis muy frecuentes e inevitables desvaríos mentales , mi nostálgico retorno al pasado, o las reseñas comiqueras, literarias y cinematográficas. Incluso, ya puestos, algún que otro intento, bastante prescindible, la verdad, de crear mis propias ficciones narrativas. Pero como esto sólo es un blog, pues no lo voy a hacer.

En todo caso, ha servido este año para confirmar las dos tendencias ya apuntadas en el pasado: por un lado, mi escasa productividad con propensión decreciente, y por el otro, la amplia diversidad de temas y propuestas que no se limitan sólo al noveno arte, como en principio se podría desprender del título del blog.

Así que, para no aburrir demasiado, sólo agradeceros la paciencia a quienes os habéis acercado de vez en cuando a mi pequeño rinconcito y prometeros que el próximo año escribiré menos, se me ira la bola aun con más frecuencia y seré todavía más pedante. A ver quién me sigue el paso.


4 comentarios:

  1. Debe ser que me gustan los desvaríos mentales, me divierten mucho más que los monotemas de la mayoría de la gente.

    Así que, a pesar de amenazar con escribir aún menos, yo, ya que te he encontrado, si me lo permites, por aquí seguiré.

    Que usted desvaríe bien!

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  2. Sorry por el lapsus ... soy Hache (es lo que tiene que alguien te pida que le hagas un Blog y olvides cerrar su usuario)

    Yo también desvarío.

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  3. Escribe menos, me da igual, pero escribe. Como a Hache (se te ha ido la pinza con lo de irene, jaja), me gusta la gente que desvaría, que le da vueltas al coco, que no se queda impasible ante lo que le pasa y lo que le rodea. De hecho, fue uno de los motivos por los que yo creé mi blog, un grito, escrito, pero un grito a lo que me corroe por dentro. Ya ves, aquí estoy, a la 1.30 de la madrugada de un lunes sin poderme dormir por culpa de mis comeduras de coco. Cuando suene el despertador me daré de hostias por haber perdido estas horas de sueño.
    Ya que te he conocido, pues aquí seguiré, mintiendote de vez en cuando (que no, que no miento) y diciendo alguna palabra mal sonante de vez en cuando.

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  4. A Irene: Se bienvenida y si de verdad disfrutas con las desvaríos mentales, acomódate y toma asiento, que aquí vas a disfrutar de lo lindo.

    A Hache: Estás disculpada, pero que no vuelva a suceder; de un plumazo nos has dejados sin la buena de Irene, que ya nunca más volverá a escribir comentarios por aquí. Al menos, en compensación, no nos prives de los tuyos. Y desvaría cuanto quieras, que es muy sano para mantener el equilibrio psicológico, aunque de momento todo lo que te he leído me parece muy sensato.

    A Eva: Espero que hayas sido indulgente contigo misma y no te hayas dado de hostias como prometías. Si te soy sincero, escribo porque me divierte, porque me gusta jugar con las palabras, porque me sirve para fantasear, para explorar zonas de mi mismo que de otra manera se quedarían relegadas en la oscuridad, para ser más yo, para serlo de una forma distinta. Y dentro de ese juego, para mí es fundamental el poder escapar de las imposiciones de la lógica, del rigor, del buen sentido. Si no desvarío, aunque sea con moderación, ya no disfruto escribiendo. Es más, entonces me cuesta horrores hacerlo: me ha pasado muchas veces en el curro; cuando me han pedido que redactase algo serio me las he visto y deseado para completar ni media cuartilla.
    En fin, como diría Sterling Hayden en la inolvidable Johnny Guitar: miénteme.

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