Cualquiera que me haya leído un par de veces se habrá percatado ya de que una de mis mayores aficiones en esto de escribir reseñas es la de adoctrinar dogmáticamente sobre mis puntos de vistas y valoraciones; cualquiera que me haya seguido con cierta asiduidad sabrá además que disfruto especialmente poniendo en la picota al bueno de Frank Miller. Sin embargo tengo que admitir que si algo he aprendido últimamente es que, cuando se habla de este señor, tales aficiones devienen como mínimo en deporte de riesgo. Porque te gusten más o te gusten menos sus tebeos –y ahora también sus películas- hay que reconocer que las obras de Miller tienen la mala costumbre de mejorar con el tiempo, como si a la larga el de Maryland siempre tuviera que acabar saliéndose con las suyas. O por lo menos esa es la inesperada impresión con la que me he quedado yo desde que releí el DK2, una obra que de primeras me pareció un bodrio insoportable y que sin embargo leída de segundas ha terminado por parecerme una muy estimable fantasía épica.
Pues bien, a pesar de todos los riesgos que conlleva, a pesar de que tal vez en un futuro no demasiado lejano tenga que tragarme con bilis mis propias palabras, voy a darme el gusto de ser dogmático una vez más; voy a pasar de nuevo por la picota un tebeo de Miller y a decir a las claras lo que pienso de él: Hard Boiled, de Frank Miller –y Geof Darrow- es una auténtica mierda. Pues sí, qué queréis que os diga, en mi opinión estamos ante el más perfecto y más acabado ejercicio masturbatorio que haya surgido nunca de su imaginación; el paradigma de todos los vicios, manías y estupideces que no le soporto a ese Miller simplista que parece quedarse embobado con la contemplación de la muy dudosa estética de la violencia desmedida; un divertimento privado con el que a buen seguro sus autores habrán disfrutado muchísimo pero que sin embargo jamás supera, ni falta que le hace, su propio ensimismamiento. Lo cual es estupendo si eres Miller o si eres Darrow, pero es horrible si, como yo, no eres más que un humilde lector.
En fin, lo dire otra vez por si no ha quedado suficientemente claro, para mí Hard Boiled es un tebeo autista que vive excesivamente dentro de sí mismo, que es completamente incapaz de comunicar absolutamente nada a los demás y que como tal, aporta y vale muy poquito. Y sin embargo, no faltan quienes quieren ver en él una genial muestra de arte postmoderno o lo que sea. Léase por ejemplo, sino, el por lo demás estupendo análisis de Jordi Costa que acompaña al tercer número. Un análisis que me trae a la memoria las sabias palabras de un viejo amigo mío: en cuestiones de arte contemporáneo, con frecuencia hay más arte en la explicación de la obra que en la obra misma. Amén, amigo.
Puntuación: 4
miller tiene algunos tebeos que me gustan mucho
ResponderEliminardaredevil, dk (1) y (2), (menos, y menos el tercer tomo)
elektra asesina (por sienki
básicamente)
elektra lives again
y poca cosa más, pero algo, supongo
de lo que hizo a partir de, no sé, los noventa
pues casi nada
pero lo que me gusta de miller
me gusta mucho
eso sí
if not, bollarcks (milligan dixit)
Sí, y eso que te has olvidado del Batman año uno o incluso de Ronín. Eso es precisamente lo que me fastídia y jamás le perdonaré: que un tio de su talento haga bodrios como Hard Boiled. En el fondo el problema de Miller es que además del talento, tiene un gusto pésimo, y cuando cede a sus gusto, los resultados no son lo que deberían ser.
ResponderEliminarUna chincheta esterilizada.
no me he olvidado
ResponderEliminarel batman año uno no me gusta demasiado
y nunca le perdonaré
lo que le hizo a catwoman
el ronin
tampoco me gusta mucho
qué se le va a hacer
Bueno, no desesperes, tal vez algún día, cuando madures, puedas difrutar de él... es broma, es broma (¿o no?)
ResponderEliminarUn tomo de Bone sin abrir.