lunes, 13 de febrero de 2006

La sombra en ciernes

Sigo con mi cruzada de sacar del gueto al comic. Hoy analizaré, hasta donde me lo permitan las fuerzas, "La sombra en ciernes" , del alemán Michael Sieger, uno de los comic más desconocidos e interesantes de los últimos años. Tan desconocido -o ignorado- que no he sido capaz de encontrar ninguna reseña en blog alguno de internet. Así que me cabe a mi el honor de ser pionero.






























Lo primero que llama la atención de ésta "La sombra en ciernes", adentrados ya en su lectura, es la pluralidad de voces y puntos de vista que multiplican, como espejos deformantes, la trama hasta casi lo ininteligible. Así en el capitulo inicial se nos narra una y otra vez -hasta en cinco ocasiones- como Hoffman abandona a su familia para ir en busca de aventuras. Se suceden, en un ágil contrapunto, las voces del propio Hoffman, la de su esposa abandonada, la de sus dos hijos e incluso la voz colectiva de su Munich natal. Sin embargo Sieger consigue dar a cada voz la suficiente autonomía como para evitar la redundancia y el agotamiento del lector. Para ello se sirve, además, de un estilo gráfico diferenciado para cada una de las reincidencias. En este sentido cabe destacar el asombroso hecho de que el comic haya sido realizado por un único autor.

Ésta multiplicidad de puntos de vista se mantiene en capítulos posteriores, aunque ya mucho más atenuado. De todas formas, la mayor sencillez en lo estructural se compensa con una mayor espesura y profundidad psicológica: vemos como Hoffman, tras conocer a Claudia va, poco a poco y contra su voluntad, perdiendo su independencia emocial; la misma que le hemos vistos antes buscar tan desesperadamente y por la cual abandonó a su familia en Munich.

Es especialmente emotiva la escena final, en la que Sieger consigue narrarnos, con la sola fuerza de los dibujos y sin apoyo alguno de textos, la definitiva caída en la locura de Hoffman, caída de la que no podrán librarse la propia Claudia y su amante Hermann. Es de tal precisión la secuencialización de ésta escena, que solo encuentra parangón en lo que hiciera Alan Moore en su "Watchmen".

Resumiendo, otro gran tebeo para aquellos que dicen que este es un arte menor. Bendita ignorancia.

Puntuación:9

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