Para hoy tenía pensado escribir y colgar la reseña de El declive del imperio americano, la estupenda película de Denys Arcand. Pero la actualidad se impone y aunque este no es un blog especialmente interesado por lo que sucede más alla de los límites que marca la ficción, lo cierto es que la noticia del "alto el fuego permanente" de la banda terrorista y criminal E.T.A. sí que merece una excepción.
Para empezar diré que soy un convencido de que la única forma de terminar definitivamente -por triste que esto sea- con el fenomeno del terrorismo pasa, inevitableme, por el diálogo, por escuchar sus reivindicaciones, por sentarse juntos en una mesa y buscar entre todos una salida. Descreo de la acción policial como única formula para darle fin a tan execrable fenomeno. Sin embargo, a pesar de lo positivo, por necesario, de este paso, creo que hay que ser extremadamente cautelosos a la hora de valorarlo, pues no podemos, bajo ningún concepto, olvidar jamás la clase de organización que tenemos enfrente: asesinos, extorsionadores, secuestradores...
Cautela, ya digo, toda y un poco más. Cautela, pero también unidad. Creo que ahora, más que nunca, el PP debería dejar de lado, al menos en este tema, su desesperado acoso al gobierno de Zapatero y unirse -con las más que lógicas reservas- en un frente común fuerte con el que encarar la posibilidad de que surja en España un nuevo escenario con respecto al problema del terrorismo. Hay demasiadas cosas en juego como para no tomarselas con lás más absoluta y rigurosa seriedad. Esto no puede entrar en el mismo tipo de estrategia que la de armar guirigays en el congreso.
En fin, esperemos que por una vez nuestra clase pólitica -toda ella- sepa estar a la altura de las circunstancia. De todas formas, las palabras claves siguen siendo cautela y prudencia.
Para empezar diré que soy un convencido de que la única forma de terminar definitivamente -por triste que esto sea- con el fenomeno del terrorismo pasa, inevitableme, por el diálogo, por escuchar sus reivindicaciones, por sentarse juntos en una mesa y buscar entre todos una salida. Descreo de la acción policial como única formula para darle fin a tan execrable fenomeno. Sin embargo, a pesar de lo positivo, por necesario, de este paso, creo que hay que ser extremadamente cautelosos a la hora de valorarlo, pues no podemos, bajo ningún concepto, olvidar jamás la clase de organización que tenemos enfrente: asesinos, extorsionadores, secuestradores...
Cautela, ya digo, toda y un poco más. Cautela, pero también unidad. Creo que ahora, más que nunca, el PP debería dejar de lado, al menos en este tema, su desesperado acoso al gobierno de Zapatero y unirse -con las más que lógicas reservas- en un frente común fuerte con el que encarar la posibilidad de que surja en España un nuevo escenario con respecto al problema del terrorismo. Hay demasiadas cosas en juego como para no tomarselas con lás más absoluta y rigurosa seriedad. Esto no puede entrar en el mismo tipo de estrategia que la de armar guirigays en el congreso.
En fin, esperemos que por una vez nuestra clase pólitica -toda ella- sepa estar a la altura de las circunstancia. De todas formas, las palabras claves siguen siendo cautela y prudencia.
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