No hagaís demasiado caso de mis impresiones, lo cierto es que la película la he visto en una copia en version original con unos subtitulos infumables. Cosas del e-mule. El caso es que la trama, estructurada mediante el segumiento simultaneo de varios personajes, es ya de por sí lo suficientemente complicada como para tener que seguirla además sin entender la mayoría de los dialogos. Sin embargo el mensaje es tan claro y contundente, que aún en estas condiciones de visionado sigue llegando.
Syriana pone de manifiesto un hecho que cada vez se hace más difícil negar y que nos llena – al menos a mi lo hace- de inquietud y preocupación: la constatación de lo lejos que anda este mundo globalizado nuestro, que se pretendía el fin de la historia –Fukuyama dixit- de tener asimilado, ni mínimamente, los valores fundamentales de la cultura democrática; de cuan lejos están aún los centro de toma de decisión de ser representativos de la voluntad popular. Lo cierto es que tampoco es algo que nos coja de sorpresa, pero no deja de ser triste comprobar hasta que punto estamos todos, de alguna u otra forma, en manos de esas autenticas organizaciones criminales que son las multinacionales. Porque otro nombre no se les puede dar a grupos de personas y recursos que se organizan con el fin de obtener beneficios violando sistematicamente la ley y que se muestran completamente al margen de cualquier tipo de consideración moral. Recordemos aquella estupenda escena de El padrino de Coppola, cuando las familias se reunen para acordar la paz y concluyen que, al fin y al cabo, ellos no son más que hombres de negocio. Pues eso...
Y si mafia es el verdadero nombre de las multinacionales, criminal de guerra debe ser el del gobierno de los Estados Unidos, autonombrado valedor de la libertad y la justicia en el mundo, y fiel sirviente, en la práctica, de la mano que le da de comer. En este sentido me resulta curioso leer reseñas que apuntan a la posible exageración que el film -izquierdista, según el programa de cine de Popular tv, Pantalla grande- pueda realizar sobre la verdad de la situación; yo por mi parte estoy convencido de que si en algo es imprecisa la radiografía que la película le saca al mundo, será seguramente más por quedarse corta que por pasarse. Sirva como resumen de la tesis defendida por el film, y avalada por mi intuición, lo que uno de los personajes le dice –le grita prácticamente- a otro: “la corrupción es lo que hace que el sistema funcione, es por la que no estamos también en el desierto pastoreando ovejas; es gracias a ella que nosotros siempre ganamos”.
Y los demás perdemos.
Syriana pone de manifiesto un hecho que cada vez se hace más difícil negar y que nos llena – al menos a mi lo hace- de inquietud y preocupación: la constatación de lo lejos que anda este mundo globalizado nuestro, que se pretendía el fin de la historia –Fukuyama dixit- de tener asimilado, ni mínimamente, los valores fundamentales de la cultura democrática; de cuan lejos están aún los centro de toma de decisión de ser representativos de la voluntad popular. Lo cierto es que tampoco es algo que nos coja de sorpresa, pero no deja de ser triste comprobar hasta que punto estamos todos, de alguna u otra forma, en manos de esas autenticas organizaciones criminales que son las multinacionales. Porque otro nombre no se les puede dar a grupos de personas y recursos que se organizan con el fin de obtener beneficios violando sistematicamente la ley y que se muestran completamente al margen de cualquier tipo de consideración moral. Recordemos aquella estupenda escena de El padrino de Coppola, cuando las familias se reunen para acordar la paz y concluyen que, al fin y al cabo, ellos no son más que hombres de negocio. Pues eso...
Y si mafia es el verdadero nombre de las multinacionales, criminal de guerra debe ser el del gobierno de los Estados Unidos, autonombrado valedor de la libertad y la justicia en el mundo, y fiel sirviente, en la práctica, de la mano que le da de comer. En este sentido me resulta curioso leer reseñas que apuntan a la posible exageración que el film -izquierdista, según el programa de cine de Popular tv, Pantalla grande- pueda realizar sobre la verdad de la situación; yo por mi parte estoy convencido de que si en algo es imprecisa la radiografía que la película le saca al mundo, será seguramente más por quedarse corta que por pasarse. Sirva como resumen de la tesis defendida por el film, y avalada por mi intuición, lo que uno de los personajes le dice –le grita prácticamente- a otro: “la corrupción es lo que hace que el sistema funcione, es por la que no estamos también en el desierto pastoreando ovejas; es gracias a ella que nosotros siempre ganamos”.
Y los demás perdemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario